como queriendo lograr lo imposible.
Un propósito muy lejano.
Ya iba en el piso 35
a través de las escaleras,
pero no existía mas cansancio
del que llevaba en su corazón,
era su única carga.
Una azotea,
un borde liso y perfecto.
El sol le chocaba el rostro
y sin pensarlo avanzó hacia él.
Se paró sobre aquel recto borde
de un color verde gastado y corroído
debido a las fuertes lluvias.
Inspiró profundamente
para dejar salir lo que fue
su último suspiro,
para finalmente
decidir emigrar de su vida
y solo dejarse caer.
-Saltar-
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